Igual que tú expresas cómo te sientes, es importante que nuestros hijos también lo hagan.

Por un lado que tú lo hagas actúa como ejemplo. Por otro es vital aprender a ponernos en su lugar, a entender cómo se sienten, a empatizar con sus emociones.

Si tú escuchas con atención y te pones en su lugar, será mucho, pero que mucho más fácil que te escuchen.

 

Entiende que sus emociones no son sus acciones.

Puedes entender cómo se siente aunque no estés de acuerdo/ apruebes lo que ha hecho. Porque lo que siente está bien, sea lo que sea. Lo que ha hecho no tiene por qué estar bien, pero de eso podemos hablar después.

 

Escucha en silencio y con atención.

Un «¡caramba!» o «¡vaya!» o «ya veo» pueden ayudar al niño a ver que estamos atendiéndole sin juzgarle, y le dará la confianza para llegar a sus propias conclusiones. Eso sí, sinceros; recuerda que el tono que emplees dice mucho. (leer más sobre la importancia del tono de voz y lenguaje no verbal en general)

 

Reprime el deseo de reprochar, dar mil recomendaciones o aquello de «te lo he dicho un millón de veces»

Mejor no hablar que reprochar, porque el reproche hace que nos sintamos mal pero a parte de eso no ayuda a aprender. Escucha y luego, tranquilamente habláis de cómo arreglar / solucionar lo que sea.

En cuanto a las mil recomendaciones… hemos de tener en cuenta que en la segunda desconectarán, por tanto es para nosotros una pérdida inútil de energía y para los niños un bla, bla, bla que no ayuda.

 

 

Hazle saber que tu amor es incondicional.

Ligar el amor con la conducta es manipular al niño. Nuestro amor es incondional, y así debemos hacérselo saber (leer más sobre esto)Podemos (y debemos) expresar cómo nos sentimos y lo que nos gustaría (leer más sobre cómo expresarnos), pero ligar el amor a su comportamiento no es saludable ni enseña habilidades para manejarse en la vida, sino que enseña a manipular o ser fácilmente manipulable.

Si vas a decir algo que sea una pregunta en tono de curiosidad que le ayude a llegar a conclusiones.

«¿Cómo crees que se sintió Carlos cuando le empujaste?»

«¿Qué crees que podrías hacer para solucionarlo?»

¡Ojo con el tono! Que es fácil que se nos escape una pregunta con «retintín». El tono mejor que sea de curiosidad.

También puedes nombrar cómo se siente y darle validez.

«Veo que estás muy enfadado»

«Discutir con Carla te ha puesto muy triste»

«Realmente te apetecía mucho seguir jugando a la consola»

A todos nos hace sentir mejor que otro comprenda cómo nos sentimos y siempre estamos más dispuestos a mejorar las cosas sintiéndonos comprendidos que sintiéndonos como si lo que sentimos no fuese aceptable.

 

Ofrécele tu ayuda

«¿Puedo ayudarte de alguna forma?»

Los niños están aprendiendo y ofrecerles nuestra ayuda es una forma de guiarles, apoyarles y acompañarles en ese proceso. Que no significa que se lo hagamos todo, o que les rescatemos, pero sí que les echemos una mano o apoyemos su proceso.

 

© Ana Isabel Fraga Sánchez 2017. Todos los derechos reservados.