Esta semana fue el 11 cumpleaños de mi hijo mayor, y lo celebramos con una merendola en nuestro cachito de prao (como decimos en Asturias), a la que invitamos a sus amigos.

Y se me ocurrió plantearles una actividad. Pero no fue una actividad por grupos; tampoco una competición para ver quien ganaba, fue una búsqueda conjunta:

 

LA BÚSQUEDA DEL TESORO

EL JUEGO 

Se trataba, como dice el nombre del juego, de buscar un tesoro escondido. Y para ello fui dejando una sucesión de pistas (papelitos enrollados y atados como antiguos pergaminos) que debían ir descifrando.

 

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1- El primer «pergamino» contenía un mensaje cifrado con un sencillo código y debían averiguarlo para poder traducirlo e ir a la siguiente pista. Este «lenguaje» lo usábamos de niños para escribirnos notas secretas que ningún mayor pudiera leer; seguro que alguno de vosotros lo conocéis 😉

Necesitaron un poquito de ayuda pero pusieron toda su atención y su intención 🙂

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2- El segundo ya estaba en nuestro idioma, y a través de un acertijo les llevaba al siguiente papelito, que estaba escondido dentro de una botella de plástico en un sitio un poco alto que debían tirar con una flecha de un arco de juguete. Para ello se les pedía que escogiesen al tirador de entre todos ellos. Se presentaron varios y a través de votación se estableció quien sería el primero en tirar, quien el segundo (en caso de que fallase el primero) y quien el tercero. Lo cierto es que lo tumbaron a la primera 🙂

 

3- El tercer «pergamino» dentro de la botella contenía otro acertijo que debían averiguar para saber dónde se encontraba la siguiente pista. Lo averiguaron enseguida y no tardaron en encontrarlo.

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4- Esta pista era la última y a través de otro acertijo les encaminaba a averiguar donde estaban escondidas 8 pequeñas pistas. Estas contenían una letra cada una y debían encontrar la palabra que formaba, que era el lugar en el que estaba el tesoro. Aquí les costó algo más y tuvimos, los mayores, que darles alguna pista adicional, pero en cuanto lo averiguaron salieron corriendo como gacelas.

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5- Finalmente en el tesoro había otro papelito enrollado con indicaciones de que escogiesen a tres líderes justos que hiciesen un reparto también justo del botín.

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HABILIDADES PRACTICADAS

Además de correr como locos de un lado a otro y de divertirse (¡estaban emocionados!),

los niños tomaron contacto con algunas habilidades de grupo:

  • Colaboración

    colaboraron entre ellos para descifrar el primer código y en la resolución de los acertijos.

 

  • Toma de decisiones

    con respecto a quien tiraba la flecha, quien abría y leía los mensajes o quienes serían los líderes para el reparto justo del tesoro.

 

  • Empatía

    al final, cuando escogieron a los líderes «justos», algunos pidieron que fuesen los más pequeños (que habían participado menos) para que pudiesen tomar más partido en el juego.

 

  • Aporte de soluciones e ideas ante cada reto.

 

  • Organización

    ¿Quién debía leer? ¿Quién debía anotar?…

 

Se trata tan solo de un juego, tan solo de divertirse juntos, pero…

Practicar aunar esfuerzos para conseguir una meta conjunta hace que practiquen habilidades que en su vida les servirán de mucho.

 

Y tengo que decirlo, ¡me lo pasé pipa inventándome las pistas, escondiéndolas en diferentes sitios y buscando el sitio «ideal» para meter el tesoro!

Y seguí pasándomelo genial viéndolos concentrados en resolver el lenguaje secreto y los acertijos, y corriendo de una esquina para la otra como verdaderos piratas buscadores de tesoros.

 


Este juego se puede hacer más simple o más complicado, en función de la edad de los niños y del sitio con el que contéis (y también de vuestra imaginación).

Y se puede elaborar todo cuanto queráis haciendo por ejemplo unos pergaminos chulísimos (quemando los bordes y pintando el papel con un pincel mojado en café para que parezcan verdaderamente antiguos), poniendo el tesoro en un cofre (el mío iba en una botella grandota de plástico), e incluso con disfraces que podrían haberse hecho ellos mismos antes (unos gorros y un parche…) lo que también ayudaría a practicar habilidades de otro tipo.

En resumen, podéis echarle toda vuestra imaginación y creatividad al juego. Esto que os dejo yo aquí es solo una pequeña idea que espero os inspire, y que sobre todo os haga centraros en que sea como sea, lo importante es que se diviertan y puedan practicar estas habilidades de vida que son taaaaaaaan importantes.

 

 

 

©Ana Isabel Fraga Sánchez. Todos los derechos reservados.