No sé si vosotros lo notáis, pero lo que es en mi casa este mes de junio vamos siempre arrastraos.

A todos nos cuesta un montón levantarnos, parece que el verano se asoma con días soleados y calorcito (dentro de lo que es Asturias, claro) y ya no apetece acostarse tan temprano porque los días son mucho más laaaaaargos. Y entre que inevitablemente vamos alargando la hora de acostarnos, que todos tenemos ganas de verano y que llevamos muchos meses de cole arriba cole abajo… ¡estamos agotados!

Total que todos los días el pequeño me pregunta: Mami, ¿por qué hay que acostarse si no es de noche?

Y aquí una que coge aire, respira hondo, y vueve a explicar que en verano hay mucha más luz y que tarda mucho más en irse el sol pero que necesita dormirse aún tempranito porque hay que madrugar para ir al cole todavía.

No es fácil llevar este último mes lectivo y suele haber más conflictos por las mañanas porque no hay quien se levante. También al final del día porque no hay quien quiera acostarse. Y no digamos ya si además están en edad de exámenes, que encima de agotados y de ver ya días chulos hay que quedarse a dar un repaso y eso puede generar malos humores 😉

Por eso he pensado daros algunas ideas para combatir esta época. Ahí van.

  • En primer lugar vamos a acudir a la conexión, es decir, a la empatía. Porque es fácil dejarse enredar por el día a día y ofuscarse con aquello de «ya estamos otra vez, no hay quien los levante». Es importante pararse a pensar en todo eso que os decía al principio. Hay agotamiento, y agotamiento además por las dos partes (los niños y los adultos), ganas de verano, dificultad para irse a la cama temprano con esa luz afuera, y ese último esfuerzo que a estas alturas parece más un intento de mover un edificio a base de empujones. Por tanto ante estos días dificilillos mejor comenzar con un:»ya sé que estás cansado y es un rollo tener que madrugar verdad?», o por la noche «sí, ya sé que no apetece nada irse a dormir cuando sabes que aún es de día»

 

  • Una vez que hemos comprendido y conectado con lo que siente, que como veis es algo totalmente normal, que a todos o casi todos nos pasaría (y nos pasa), se trata de buscar soluciones, en vez de meternos en la misma lucha de siempre, de clamar al cielo cuando no se han vestido y no llegamos, de reprochar o quejarnos todo el rato porque la hora de acostarse no para de retrasarse… Podemos preguntarles qué creen que podríamos hacer para mejorar la situación u ofrecer nosotros algunas alternativas (especialmente si son pequeños somos nosotros los que hemos de ofrecer un par de opciones). Pregúntales «¿cómo crees que podrías despertarte más fácilmente?», «¿prefieres que te despierte yo o el despertador?» por ejemplo.

 

  • Algunas opciones o ideas que podéis usar:
    • Usar la música para despertar de mejor humor y con más energía. Podéis pactar qué canción usar ( nosotros usamos algún tiempo la de Cause I,m happy, que les divertía y se despertaban mejor, ahora canciones de la granja…) o poner la radio.
    • Quizás puedas ofrecerle unas cosquillas, o muchos besitos.
    • Puede que ofrecerte a ir pasándole la ropa durante estos días le ayude si es aún pequeño.
    • Quizás pactar quedarse 10 minutitos más en la cama siempre que luego se den algo más de prisa pueda ser una opción.
    • Tratar de aprovechar ese buen tiempo en la medida de lo posible tomando contacto con el aire libre y la naturaleza. Eso recarga pilas y ayuda a llevar el estrés de otra forma.
    • Tiempo de descanso en la tarde si resulta inevitable atrasar la hora de ir a dormir.
    • Señala en un calendario, para los niños un poco mayores, los días que quedan para que sean conscientes de ello y no lo vean como algo interminable.
    • Sé flexible con la hora de irse a la cama, pero no permisivo. Quizás sea inviable tratar de que estén en ella a las 8 o las 9. Pero no dejes el asunto en manos de la suerte, mejor habla con ellos y llegad a acuerdos. Pregúntales si quieren acostarse media hora más tarde o veinte minutos (está claro que si ya son algo mayorcitos y controlan el tiempo elegirán media hora, pero la cuestión es tener elección). Y si son más pequeños alarga un poco la hora leyendo un cuento de más, o dándole un ratito más para jugar en su habitación después de haberse puesto el pijama y cenado (puedes usar un temporizador para que sepa cuando se termina el tiempo, o dejarle jugar durante 4 de sus canciones favoritas… Es un modo de que controlen mejor los tiempos)
    • Recuerda que una vez establecidos los acuerdos no es interesante saltárselos. Podéis hacer incluso una cartulina con rutinas.
    • Proporciónate un descanso extra en estas semanas. Quizás puedas prescindir, delegar o posponer algunas tareas, que no es para siempre, y ahora hace falta ahorrar algo de energía para afrontar estos días con paciencia.
    • Y por supuesto tener en cuenta sus ideas y sugerencias. Seguro que aportan algunas que no se os habrían ocurrido y que puede que sean muy efectivas.

¿Qué más ideas se te ocurren? Si te apetece contármelas déjamelas en comentarios.

 

© Ana Isabel Fraga 2016. Todos los derechos reservados.