Cuando discutimos a menudo puede ser por muchas razones, es cierto, sin embargo, hoy quiero dar luz a uno de esos motivos profundos, uno de esos motivos de hábitos. Malos hábitos. En una relación de pareja y en cualquier otra relación.

Quizás por costumbre, quizás porque es lo que hemos visto siempre, solemos utilizar un foco que no ayuda ni a la tranquilidad, ni a a la aceptación ni a resolver, sino más bien a caldear el ambiente cada vez más y abrir brechas.

Dime,

¿en qué piensas más a menudo? 

a. En las virtudes de mi pareja (o de cualquier otra relación que quieras mejorar)

b. En sus defectos

Si te pidiese que hicieses una lista de sus virtudes y de sus defectos, ¿qué crees que te saldría con más rapidez? ¿qué rellenarías primero (por aquello de que lo más fácil primero, como en los exámenes)?

a. Sus virtudes

b. Sus defectos

Si en ambas preguntas has escogido la opción b, lo más probable es que te estés enfocando en todo lo que hay que cambiar, lo que está mal, lo que no funciona… Y eso desgasta cualquier relación cuando se mantiene en el tiempo.

 

Es cierto que nuestro cerebro se concentra con frecuencia en lo que hay que cambiar y corregir, porque así es él. Es tan solo una forma de supervivencia. Pero una vez que somos conscientes de ello es momento de tomar las riendas y hacer un cambio. Porque también es cierto que todos necesitamos aliento, ánimo y motivación, y fijarnos solo en lo negativo no proporciona nada de todo eso. Además crea un clima de tensión, de sentirse no aceptado, juzgado y criticado que tampoco ayuda nada de nada a hacer crecer una relación y cultivar la unión.

¿Cuántas veces le dices a tu pareja lo que aprecias de su personalidad, de lo que hace y cómo lo hace, de sus progresos o esfuerzos en lo que sea que está poniendo su empeño, etc.?

¿Cuántas veces le dices lo que no ha logrado, lo que está haciendo mal, lo que no te llena, lo que te molesta…?

Es importante hablar lo que no va bien o no funciona o nos molesta (ojalá desde un punto de vista que busca solucionar, no reprochar o castigar), sin embargo, no debemos olvidar la importancia (tremenda importancia) de hablar mucho de lo que nos gusta, de lo que nos llena.

Porque para que una relación crezca, se una y sea sólida es necesario sentirnos apreciados, tenidos en cuenta, importantes, amados y conectados dentro de ella.

Dime,

¿qué 20 cosas aprecias de tu pareja? Haz tu lista.

Y ahora dime…

¿cómo vas a hacérselo notar toooooooodos los días?

 

© Ana Isabel Fraga 2018. Todos los derechos reservados.