Uno de los factores que caracteriza a la alta sensibilidad es percibir más estímulos y además de una forma más profunda, y esto nos lleva en muchas ocasiones a sentirnos estresados y/o agotados.

Pero esta percepción tan intensa también juega a nuestro favor si sabemos cómo usarla.

Tanta capacidad tienes para captar los estímulos que te llevan al estrés como para aprovecharte y fomentar los que te llevan al bienestar con mayúsculas.

Y eso es porque nadie como un PAS para sentir el lado cálido, amoroso, suave, dulce… más profundamente.

¿Cómo hacerlo?

Mímándote a través de los sentidos

A través del tacto/sensaciones

  • Abrígate con un jersey de tacto amoroso y suave. Utiliza tejidos en contacto con tu piel que tengan ese contacto extraordinario.
  • Usa zapatos que te reconforten al pisar, que dejen tu pie sin presiones y que lo sujeten con suavidad.
  • Usa un saco de semillas calentito.
  • Date una ducha o baño y concéntrate en el efecto térmico que te produce, en las sensaciones del agua rodando por tu piel.
  • Emplea cremas que te den sensación de bienestar, que hidraten y nutran, que refresquen si es lo que necesitas, pero suavemente.
  • Viste tu cama de ropa de puro algodón u otros tejidos naturales.
  • Sal a pasear y siente el sol, el aire… rozando tu cara.
  • Pasea a la orilla de la playa con los pies descalzos.
  • Utiliza barros y arcillas, jabones con ingredientes naturales…
  • Acaricia a tu perro, ten contacto con animales.

A través de la vista/imágenes

  • Observa una puesta de sol o un amanecer.
  • Organiza tu espacio. El orden te hará sentir más paz.
  • Rodéate de cosas que ames. Y deshazte del exceso de cosas.
  • Vístete con colores que te nutran.
  • Pon velas. El baile que hace su llama puede ser muy relajante.
  • Decora con flores.
  • Pinta tu casa con colores que te hagan sentir tranquila.
  • Mira obras de arte.
  • Observa creaciones de artistas, artesanos…
  • Mira tus hijos jugar, dormir…
  • Visualiza. Gran poder el de imaginar aquello que nos hace sentir bien.

A través del oído

  • Escucha música suave.
  • Siéntate a escuchar cantar a los pájaros, el sonido del mar, el viento soplando, la tormenta, un río que corre entre las piedras…
  • Busca momentos de puro silencio.
  • Canta.
  • Escucha un poema.

A través del olfato

  • Usa cremas con aromas muy suaves y naturales.
  • Pon aceites esenciales que te resulten agradables en tu casa.
  • Sal a sentir el olor a hierba recién cortada.
  • Respira los olores de un bosque, a la orilla del mar, en un río…

A través del gusto

  • Saborea los alimentos que te gustan con tranquilidad.
  • Prueba nuevos platos con sabores que te llamen, que te apetezcan.

Muchos sentidos se van a activar a la vez, por ejemplo en un paseo por la playa percibirás olores, sonidos, sensaciones…

Busca aquellos lugares que te aporten y te nutran. No siempre podemos escoger los ambientes o los estímulos, y la sociedad actual, en general, no está montada para las personas altamente sensibles, pero siempre que puedas ¡escógelos! Y cuando tengas que recuperarte apóyate en ellos.

Haz tu propia lista. Y no olvides que si tú, como persona altamente sensible, puedes recuperarte de esta forma, tomando de tu lado tu alta sensibilidad, tus hijos también. Por eso, ¡enséñales!

-Sé ejemplo poniéndolo en práctica.

-Comenta qué cosas te ayudan.

-Pregunta qué podría hacer él/ella que le hiciese sentir así de bien.

-Ponedlo en práctica. Hablad sobre los resultados.

©Ana Isabel Fraga 2021. Todos los derechos reservados.